PROSPERIDAD Y PROGRESO A TODO NIVEL


En la vida muchos son los factores que influyen de una u otra forma en nuestra prosperidad; nuestra manera de pensar, nuestra forma de comunicarnos con nuestros semejantes, la forma de vestir  y hasta el ritmo en que caminamos determinara en cierta manera la proyección que damos al exterior de nuestro estado interno.  No tenemos que poseer gran riqueza material para ser una persona prospera, este parámetro lo determina más que todo nuestra actitud ante la vida. Una persona puede proyectar optimismo, alegría y paz a sus semejantes y manejar un lenguaje que inspira confianza y empatía que a la final será lo que nos llevemos al otro mundo, ósea  las vidas que tocamos en nuestro paso por acá.  El universo es rico en prosperidad y esta de nuestra parte el adquirir hábitos que nos alinean con esta fuente de abundancia. Un método eficaz para alcanzar una mentalidad enfocada en lo prospero, es tratar de  llevarnos bien con la gran mayoría de las personas de nuestro entorno, ellas son el trampolín para encontrar oportunidades de crecimiento y evolución, sabemos que por razones que no vienen al caso una que otra persona puede que nos haga pasar algún rato desagradable y nos enturbie por momentos, sin embargo mira dentro de ti y analiza que cosa estas haciendo para proyectar ese mal rato en tu vida, luego  deja al Altísimo que se encargue de la situación y veras como todo se aclara y el rio vuelve a su cause.  Toda prosperidad duradera esta alineada con la voluntad de Dios que nos hace aprender las reglas de la riqueza y la abundancia, que nos hace ser solidarios y dadivosos ya que nuestro Dios es un ser de abundancia, nunca de escases.  Aprendamos a reconocer la verdadera prosperidad que se encuentra dentro de nuestro corazón y proyectarla hacia afuera. Plantéate proyectos ambiciosos y trázate metas, que Dios te dará la sabiduría para guiar estos, hasta convertirse en grandes obras que ayuden al prójimo y te ayuden a ti a crecer como persona y a evolucionar.